Es de dominio popular algunos platos que son conocidos por ser mayormente ingeridos en épocas friolentas como por ejemplo el locro de zapallo, los guisos, las polentas y claro está el puchero, además de los postres que se ponen de moda cada vez que baja la temperatura.
Una vez que los vidrios de las ventanas empiezan a empañarse. Los abrigos parecen no alcanzar para enfrentar las bajas temperaturas de este otoño-invierno. Un buen plato de comida caliente y abundante se vuelve imprescindible para calmar el frío en el cuerpo. “He probado comer una ensalada o irme a la cama sin cenar, pero después cuando me acuesto me siento vacía, helada; empiezo a temblar. Me levanto varias veces a buscar algún alimento que me ayude a calentarme, como por ejemplo un chocolate caliente; el organismo me lo exige”.
Con la llegada de las estaciones más frías del año cambia de golpe las costumbres culinarias de los peruanos, sostiene el experto Carlos Blanco, que es cheff y coordinador de una carrera de gastronomía que se dicta en un prestigioso instituto de la capital, sostiene que el clima está totalmente relacionado con los platos que se sirven las mesas.
“Las personas buscan preparaciones suculentas que ayuden a aguantar el frío. Cambian las ensaladas y los platos light por los guisados, las pastas y otras preparaciones más consistentes”, detalla el experto. Blanco considera que se trata de una necesidad del cuerpo: “ingerir más calorías le ayuda a uno a generar más calor en el organismo”.
Por este mismo motivo también se multiplica el consumo de nuestros ajíes, rocotos y demás condimentos que generen ardor y calor a nuestros cuerpos en estos meses de frío. Nos hace transpirar hasta a los más friolentos, según cuenta Luciana Quintana, que es una reconocida cheff especialista en comidas picantes.
“Al que le gusta el ají lo come todo el año. Sin embargo, cuando hace frío este condimento aparece en muchas salsas.
El ají da la sensación de incrementar la temperatura corporal y genera sudor”, relata Quintana. “También en estos días fríos se incrementan de forma impresionante los pedidos de comida Caliente Marina, que son muy condimentadas y contienen muchas calorías”, añade la cheff. Dentro de las preparaciones más consumidas en estas épocas, Quintana destaca el sudado de pescado y mariscos, la parihuela y el chupe de camarones que son los preferidos para los peruanos cuando empiezan a bajar las temperaturas, según coinciden Quintana y Blanco.
También las Sopas y los guisos acaparan las mesas al mediodías o en la noche. “Un buen caldo de gallina al promediar la tarde cae como anillo al dedo y si le agregamos el delicioso jugo de nuestro limón y cebollita china, es nuestro salvavidas.”
Las carnes no desaparecen de los platos, pero cambia el acompañamiento. “No apetece comerlos con ensalada; la mayoría prepara un buen puré de papa amarilla”, considera Blanco. Según los expertos también cambian los postres: se comen muy pocas frutas. La gente prefiere chocolate, budín, tortas, picarones y la infaltable mazamorra morada con arroz con leche.
Ricardo Solís, encargado de un restaurante, detalla que en esta época se venden menos ensaladas y más pastas. Además, la cerveza se reemplaza por el vino y el licor y entre los postres los más solicitados son las tortas.
Aunque según los nutricionistas la necesidad de comer más en invierno es sólo un mito y no una demanda del cuerpo, sin embargo todos hemos tenido la necesidad de tomar algo caliente y delicioso cuando hace frío y para nadie es un secreto que en el Perú cuando bajan las temperaturas aumentan las calorías sobre los manteles y las familias se dejan tentar por los platos calientes y muy condimentados. “La comida es un buen abrigo para enfrentar el frío del invierno”, resumen los cheffs consultados.
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